¿Por qué ED?
Es importante hablar sobre aquellos efectos que generan los matrimonios forzados o uniones tempranas infantiles y los embarazos no planificados en las niñas, adolescentes y jóvenes en contextos rurales e indígenas en condiciones de pobreza extrema ya que esto agudiza dichas condiciones e impide el desarrollo local de las comunidades no alcanzando su autosuficiencia al 2030.
Los efectos que tiene el matrimonio forzado (infantil) o las uniones tempranas en niñas, adolescentes y jóvenes se expresan de distintas maneras:
El aumento de la violencia doméstica y de género.
Embarazos no planificados.
Aumento del trabajo no remunerado y la carga de cuidados que recae en ellas.
Persistencia de roles de género y los sistemas de creencias que pueden influir sobre ellos.
Deserción escolar que se traducirán en menores oportunidades a un futuro para ellas.
Razones:
Diseñar acciones para poner fin a los matrimonios forzados, las uniones tempranas infantiles y los embarazos no planificados, implica hablar sobre aquellos factores que son un móvil para dar respuestas a estas problemáticas; como la desigualdad, desigualdad de género, los sistemas de creencias sociales y culturales, los estigmas y sistemas rígidos sobre la sexualidad y la pobreza.
Y que lo más importante es que (entre otras cosas) contribuyen a la feminización de la pobreza…
Algunos datos:
78.5% de la población que se encuentra en condiciones de pobreza son niñas, niños y adolescentes indígenas entre los 0 y 17 años de edad.
La tasa de Matrimonio Infantil en México es la quinta en América Latina y se estima que gran parte de estos embarazos se dieron en uniones informales antes de los 18 años.
Los matrimonios infantiles y las uniones tempranas se dan mayormente en comunidades indígenas, en niñas con menor educación y rurales.
Guerrero, Chiapas y Oaxaca son los 3 estados que presentan tasas muy altas de MUIT a nivel nacional con un 40% y 30 respectivamente en el orden mencionados y son las comunidades indígenas en mayores condiciones de pobreza.
En Chiapas y Oaxaca sólo una de cada 20 niñas unidas de 12 a 17 años sigue asistiendo a la escuela.
Podemos observar que hay elementos como la condición de género, indígena, la edad y la pobreza son determinantes no solo para agudizar dicha pobreza sino agudizarla en ellas, llevándonos a hablar sobre la feminización de la pobreza a causa de los matrimonios forzadas, las uniones tempranas y los embarazos no planificados en contextos rurales e indígenas que se encuentran en pobreza extrema.